Una primera reflexión
En el nuevo contexto, con industrias completamente digitalizadas, y la anonimidad del internet, la identidad del cliente con el que las empresas se relacionan es difícil de confirmar. Sin la posibilidad de vernos cara a cara con la o las personas, nos preguntamos, ¿Quién está detrás de la pantalla?
Por ello los protocolos de ‘KYC’ o conozca a su cliente existen. La idea de estos reglamentos es verificar la identidad de los clientes, evaluar y monitorear el riesgo del cliente. Es una tarea sumamente importante, que requiere de procedimientos cuidadosos y meticulosos, para que no exista la mínima duda sobre la identidad del cliente.
Es una responsabilidad pesada, que puede llevar su tiempo configurar. Al ser una tarea tan importante, cada empresa debe asegurarse de que su sistema de verificación sea el adecuado, el que encaje en el resto del engranaje de la empresa. Hay ciertos requisitos que se deben cumplir, determinados pasos generales y consensuados. Pero dentro de cada uno, hay procesos adicionales, formas de ajustarlos a cada organización.
En consecuencia, se pueden encontrar diferentes sistemas y soluciones, que integran procesos ya incorporados dentro de la empresa para verificar la identidad del cliente, o soluciones ya armadas, que se meten dentro de la organización para tomar las riendas de la verificación e identificación del cliente.
La pregunta que surge entonces es, ¿Cómo acomodar este protocolo a su compañía, para lograr un funcionamiento sostenido en el tiempo?